Porque escondiste en la selva el tesoro
bajo los pies del ídolo achatado
con su pequeña boca aletargado
sobre barrosas montañas con oro;
Porque ocultaste sentir tan sonoro
en rostro con saciedad maquillado,
impidiendo el bello vuelo acordado
a las dos negras palomas que adoro;
Porque te asustaron las alimañas
de nuestros cuerpos ansiosas, sedientas
de nuestra sangre por eternidades;
Por ello sembraron los dioses tormentas
en el Mar, donde ¡ay, mi Amor! te bañas
atada para siempre a soledades.
Orilla. Corre un perro,
mi Ríomar,
tarta de cielo.
En ti duerme la luna,
mi Ríomar,
sal y recuerdos.
Oh sangría de luz,
mi Ríomar,
amor travieso.
Dulces sentires insaciables,
mi ríomar.
de sal y besos.
Azul metamorfosis,
mi Ríomar,
donde me duermo.
La cruz
quedó radiante
en la montaña.
Su mensaje
queda en el aire
y perfuma para siempre
multitud
de corazones.
Quedó el eco:
Solidaridad
con los corazones rotos.
En la montaña
quedó radiante la cruz.